sábado, 6 de diciembre de 2014

Varios días... -(Capítulo Especial- Parte I).

·Nota: en este capítulo veremos un lado del pasado de las chicas. A lo largo de este, también aparecerán los personajes protagónicos, así que no os asustéis. Tan solo es un capítulo especial que nos deja conocer a algunos de los personajes principales un poquito más. En el próximo capítulo las cosas volverán a la "normalidad". Aunque aquí, la normalidad no existe. Espero que lo disfrutéis y que no os confunda demasiado. -


La semana que tenía a mis espaldas había sido de todo menos sencilla. Confusa, agotadora, decepcionante, dura, abrumadora y miles de adjetivos más que no se asemejaban para nada a "sencillo".
Y hoy, sábado, no hacía más que repasar aquella semana que había vivido.

Como en cualquier semana, todo empezó el lunes. Bueno, miento. Realmente lo del lunes fue ocasionado por algo sucedido el domingo, o más bien con anterioridad a éste.
Se remonta a años atrás, cuando en mi instituto anterior nos encontrábamos un grupo de buenos amigos. Aparentemente unido, fuerte... Con una manzana podrida en el centro del árbol que nos atraería moscas a todas las demás, excepto a aquellas que nos encontrábamos en la copa de este.
Dejad que me explique.
Yo soy una persona que confía con mucha facilidad en los demás, sin embargo: no soy tonta. A mi ni se me engaña, ni se me manipula. Justo lo contrario le pasa a Jenny. Y entre otras cosas, por eso estamos así. Aunque la verdadera causa es sin duda él. ¿Quién es él? Alan. El ex de Jenny, y un cabrón de mucho cuidado, el cual ha ocasionado todo esto. Aunque no le fue difícil. Siempre nos había envidiado (supongo que porque en realidad, él quisiera ser mujer) a muchas de nosotras, y nos maltrataba con comentarios psicológicos que, así como a mi me cabreaban pero no me importaban porque sabía que todo y cuanto decía era papel mojado, a Jenny la derrumbaban. Comprensible, debido a su débil personalidad, pero... ¡Joder! ¡¿Tanto costaba ver que este tío era un imbécil?! Vale, pues la cuestión es que parece ser que cuesta más de lo que parece: ya que así como Britt, Alec, Lou, May y yo conseguimos verlo con facilidad, otros no. Otros, prefieren confiar ciegamente en Alan, el cual es retorcido, envidioso y además, no es tonto. Lo cual es lo que más nos perjudica a los demás. Pues con su perversa mente y su alma negra -si, lo sé: describo a aquellos que no me gustan como a villanos de un cuento Disney- ha logrado hacernos daño a todos. Y eso fue lo que sucedió el lunes.


En cuanto Cerise (una de mis amigas, perteneciente a ese grupo) me llamó durante el descanso escolar para recriminarme mi conversación del día anterior con Alan me temí lo peor. Que si: que le había dicho a Alan que era alguien manipulador, que no tenía moral, que carecía de escrúpulos, que no quería saber nada de él y que una persona como Jenny no merecía derramar lágrimas por una persona como era él. Pero aquello lo había dicho porque soy una persona sincera, me es inevitable. Dije todo y cuanto pensaba. Excepto varios tacos. Pero el concepto, en si, quedó claro. Y yo me quedé muy a gusto. ¿Porque qué se creía Alan, llamándome como si fuésemos mejores amigos, después de habernos tratado de la forma en la que lo había hecho? Porque, por si no fueran pocos sus maltratos constantes, el último mes se había centrado en poner a parir a Jenny, y encargarse de que una parte del grupo se olvidase de ella, asegurando que Jenny no era importante, y diciendo que superase ya su relación, su amistad con los demás y que se buscase la vida. Capullo.
Por eso no es de extrañar que me indignara tanto. A parte, que de con todos los problemas que habíamos tenido en el pasado, yo ya no podía tolerar una jugada más por parte de Alan. Y tampoco podía soportar el que Jenny llevase el último mes en depresión por culpa de un estúpido como él.

Sin embargo, no todos parecían verlo de la forma en la cual yo lo veía.

-¿Como se te ocurre decirle a Alan que es un manipulador?- soltó Cerise, mientras yo ponía el manos libres, pues aquella era una extraña reunión grupal.
Lou y May, que se encontraban a mi lado, se observaron entre ellas, aparentemente frustradas por el inicio de aquella conversación. "Esto no va a acabar bien..." -pensé, y eso que soy la optimista del grupo.

-Ni que fuera algo nuevo. Lo de que es un manipulador, es algo que ya se sabía.-indiqué, mientras May y Lou asentían. Dirigí mi mirada a Jenny, la cual tenía la vista fijada en el suelo. En su mirada se reflejaba un intenso dolor. Aquello me hizo querer estallar: ella no se merecía aquello.

-Mira, Sum: te has pasado. Yo que tú le pediría perdón.-indicó Cerise.

-¿Pedir perdón? ¡Si tan solo le estaba describiendo!-comenté, convencida de que todo y cuanto había dicho era la más pura verdad.

-Lo tuyo es muy fuerte. Luego no te arrastres, pues no pienso perdonarte.-se escuchó a Alan a través del teléfono.

Reí; aquello era de ciencia ficción. Yo a él le había perdonado en mil ocasiones distintas, ¿y él no sería capaz de perdonarme una cosa por la que ni siquiera tenía que pedir disculpas? Cómico.

-No creo que ella sea la que deba pedir perdón. No ha hecho más que decir verdades. -me apoyó Lou.

-Con todo lo que le hiciste... Tan solo faltaría que tuviera que disculparse. -la secundó May.

-El que la verdad duela, Adam: no es culpa mía. Siento haberte dejado al descubierto. -proclamé. Aquella situación me estaba poniendo enferma. Por lo menos tenía la certeza de que mi querida Poppy no entraría al trapo, ella tenía más cabeza.

-Te estás pasando Summer. -dijo Poppy al otro lado de la línea, haciendo que mis ojos se abrieran y mi corazón diese un vuelco: si realmente creía más en Adam, yo ya no sabía a quién había ido a ceder mi confianza. -Adam tiene razón cuando dice todo y cuanto dice. En especial lo de que Jenny debería superar ya todo esto. ¡No vamos a volver a vernos! ¡Que lo asuma! ¡Hemos terminado! Todos nosotros.

-Tampoco es que queramos veros más. -dijo Cerise, con amargura. -Que os vaya muy bien, chicas. -y, al instante el doloroso sonido del fin de la llamada.

Me encontraba en shock, sumida en tantos pensamientos y sentimientos que no podía hacer más que confundirme, extraviarme, desmoronarme.
Y mientras, todas caminábamos con lentitud, dirigiéndonos al instituto, sabiendo que en breve finalizaría nuestro descanso. Una vez estuvimos cerca, me senté en un bordillo de la acera.

-No me entra en la cabeza... -todo aquello era una decepción. Dos personas en las cuales creía poder confiar habían sucumbido ante Alan. No entraba en mi, no lo asumía. Y todo ello ocasionó que algunas lágrimas cayeran de mis ojos.

-Ni se te ocurra llorar.-dijo Lou, apenada, mientras se ponía de cuclillas a uno de mis lados. -No lo merecen.

-Lo sé, sin embargo... Estoy en shock. Es que... -murmuré. - Agh: ¿como podéis vosotras estar tan enteras, tan compuestas?

-Porque, realmente... Ya nos lo imaginábamos. -dijo May, algo apesadumbrada.

-¿Imaginabais que esto pasaría?-pregunté: ambas asintieron. -Pues vaya.

Parecía ser que ellas habían sido más listas. Pues aunque no creyese en Adam, Cerise y Poppy habían sido hasta el momento, personas las cuales tenían toda mi confianza. En especial esta última. Hubiese puesto la mano en el fuego ante la idea de que ella era más inteligente y tenía más moral que... Todo esto.
Que si, lo sé: no es un drama. Son cosas que pasan, sobretodo cuando eres adolescente. Pero: ¿que decir? Al perder una amistad: duele. Y ya ni hablar, si el daño se duplica.
Supongo que eso fue lo que dijeron May y Lou mientras Jenny y yo nos negábamos a salir del lavabo a lo largo de la clase de lengua.
Y como no, una vez terminada esta nos comimos una charla de la profesora, la que trataba que Jenny dejase de llorar, algo que yo ya había logrado tras los consuelos de Lindy y algunas otras compañeras más. Tenían razón en cuanto decían que, este cambio de etapa, nos había hecho hacer una especie de "limpieza" quedándonos solo con aquellos amigos que valían la pena.
Aquello fue lo que tuve en mi mente durante las últimas horas del día, intentando por todos los medios no derrumbarme nuevamente. Aquel no era un problema de vida o muerte, no merecía tanto dramatismo. Sin embargo mi sensiblería nata me hacía especialmente perceptiva ante estos golpes emocionales.
Lo que si que fue un golpe -y además brutal- fue lo que pasó en cuanto entré en clase de italiano. Me abrí paso hasta mi sitio, donde milagrosamente Jonas no se encontraba sentado. Y es que con el día que hoy llevaba tan solo me faltaría el lisiado mental -el cual mi imbécil y querida Britt aseguraba que me gustaba, pero ella no tenía ni idea. Ni siquiera estaba aquí para ver lo lisiado mental que es.
Total: que una vez dejé las cosas en mi pupitre, me dirigí hacia la Srta. Smith, pidiendo que nos dejase a Jenny y a mi ir al baño para lavarnos la cara, pues la anterior profesora nos arrastró fuera del baño para darnos la charla. Pero aquella, era una buena mujer. Al contrario que la zorra de Smith. Imaginaos si debe de ser zorra, pues yo no califico de tal forma a los profesores. Jamás. Sin embargo, haría una excepción. Porque, como dicen en L'OREAL: Smith lo vale.
Se negó, hasta que vio a Jenny con los ojos llorosos, y se dirigió a ella, preocupada -será falsa- y la acompañó hasta la puerta. Lo sorprendente fue que, al intentar salir tras ella, me empujó dentro del aula. "¿Pero de que va?" Me quedé con la boca abierta, literalmente. Y es que, si: soy muy expresiva.

-Tú te quedas dentro.- "¿Y mis ojos llorosos que?"- me indigné como tan solo Meg y yo sabemos indignarnos y cerré la puerta de un portazo. Demasiada rabia y frustración acumulada para un solo día. No podía manejar tanto estrés. Estaba a punto de coger una sierra y partir la pizarra por la mitad, lanzar los pupitres por la ventana, hacerme un látigo con el alambre de las libretas y torturar a la puerta, o directamente matar a alguien, en cuanto alguien puso su mano en mi hombro.

-Summer.

-¿QUÉ?- exclamé, antes de girarme, ya profundamente histérica. Una vez me di media vuelta, me encontré con el confuso rostro de Jonas, lo  cual, como ya es de suponer: no aminoró mi cabreo. Sin embargo, lo siguiente que dijo, hizo que este prácticamente se extinguiera para dar paso a la confusión y... A más estado de shock.

-¿Estás bien?-abrí los ojos exageradamente, mientras imploraba internamente que alguien me explicase "¿QUE NARICES SE SUPONE QUE LE PASA HOY A TODO EL MUNDO?" Observé el rostro de Jonas: realmente parecía preocupado. Alucinante. En el futuro necesitaría una foto o un video de aquello para creerme que realmente pasó. -¿Que ha pasado? -preguntó, con un tono tan preocupado que me daba hasta mal rollo, ya que me hacía pensar que aquel día me había despertado en un mundo paralelo. ¿Desde cuando se preocupaba este por mi en cambio de preocuparse de meterse en mi entrepierna o de establecer contacto directo con mi precioso culo? Aquel día era demencial.

Sin embargo, el pobre lisiado cerebral intentaba ser amable, así que mi intención fue corresponderle.

-Bueno... Hoy han terminado nuestras amistades con Cherise y Poppy. Todo gracias a Adam que... -intenté explicar, más me vi interrumpida.

-Adam es estúpido. No puede hacerte esto.

Aquello aumentó mi estado de shock hasta prácticamente el coma. Sonreí, por primera vez en horas.

-Y tú no eres tan estúpido como creía.-dije, con la vista clavada en sus ojos, enternecida ante el hecho de que hasta el lisiado mental, tenía algo de sentimientos.

-Ya. -dijo, encogiéndose de hombros, mientras imitaba mi gran sonrisa. -¿Y lo sabes tan solo porque tengo claro que Adam es un idiota?-preguntó, mientras su sonrisa se tornaba algo más pícara.

-Efectivamente. -dije, correspondiéndole con una sonrisa con los mismos toques que la suya.

Pero aquel extraño y delirante momento se vio interrumpido por la profesora, que volvió a entrar al aula, no sin agradecerme con un gran sarcasmo y un tonito de lo más irritable, el que le cerrara la puerta en las narices.
Puse los ojos en blanco. ¿Estaba de broma? Jenny lloraba y se tiraba dos horas consolándola en el pasillo; lo hacía yo, y ya podía ir tomando asiento. Que asco de mujer, de verdad.

Me senté en mi sitio habitual, desde el cual sonreí a Jonas, el cual me miraba sin eliminar su sonrisa. Y allí, horrorizada me di cuenta de que quizás Britt no andara tan desencaminada. Tal vez, si que me gustase un poco el maldito lisiado mental. Pero muy poco. Mi gusto por él era minúsculo. Y mi asco mucho mayor. Que quede claro. "Mierda."-pensé, mientras me daba una palmada en la frente. "Mier-da."


7 comentarios:

  1. ¡BUENÍSIMO capitulo!
    Tengo que decir que me no me gusta mucho Jenny, parece muy tontita. ¡Y obvio odio a Cerise, a Poppy y a Adam! (seguro que es gay)
    ¡Al lisiado mental lo adoro! ¡Además de guapo, con sentimientos y divertido!

    También tengo que decir que, hechando un ojo a los personajes, me han gustado Minni y Britt (¡es que pienso casarme con Ian Somerhalder en Hogwarts! Soy súpersuper potterica. ¡Hufflepuff! ¿Ya le has puesto casa a Britt?)
    Amo las películas de Disney también, como Summer *-* ¡Y la forma de pensar que tiene! jajajajajajaja

    ¡Más capiis!

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    1. Me alegra que te guste tanto :D. No sabes la ilusión que me hace tu comentario, de verdad.
      Pues si: Jenny es algo... Manipulable. Y por suerte para ti Cerise, Poppy y Adam saldrán más bien poco, sin embargo problemas habrá.
      Jajaja bueno, pero el lisiado cerebral lo que tiene de guapo también lo tiene de tonto jajaja ;P.

      ¡Menudo plan de vida! Por mi puedes casarte con Ian Somerhalder siempre y cuando yo haya salido ya con él para entonces jajaja. Pues Britt es Ravenclaw- y asegura que Summer sería Hufflepuff, así que estaríais en el mismo grupo :D.

      Jajaja es que Summer es muy directa y dramática, y eso lo deja reflejado en sus pensamientos. Su cabeza es, muchas veces, una película de Disney, ¿y quién no las ama? ;).

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  3. Me has cautivado con esta historia. Te sigo <3.

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